Bartolomé Esteban Murillo nace en Sevilla en 1617 y
representa uno de los pintores más importantes de la pintura barroca española
que, tras haber decaído en estimación a principios del siglo XX, vuelve a gozar
de importante reconocimiento mundial. Su estilo barroco es tan detallado que
incluso podemos decir que avanza el rococó.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y
en 1645 recibe su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al
claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que
incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la
minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.
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