Bartolomé Esteban Murillo nace en Sevilla en 1617 y
representa uno de los pintores más importantes de la pintura barroca española
que, tras haber decaído en estimación a principios del siglo XX, vuelve a gozar
de importante reconocimiento mundial. Su estilo barroco es tan detallado que
incluso podemos decir que avanza el rococó.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y
en 1645 recibe su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al
claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que
incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la
minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.
Bartolomé Murillo
Bartolomé Esteban Murillo nació en 1617 en la ciudad de Sevilla, hijo menor de
una familia de catorce hermanos. El padre de Bartolomé Esteban Murillo era un
cirujano barbero llamado Gaspar Esteban y su madre se llamaba María Pérez
Murillo, de quien tomó el apellido para firmar su obra. Al morir sus padres
cuando tan sólo tenía 10 años, Bartolomé Esteban Murillo pasa al cuidado de una
de sus hermanas mayores, Ana, casada con un barbero cirujano de nombre Juan
Agustín de Lagares, con quien el joven Bartolomé Esteban Murillo mantendría muy
buena relación.
Aunque inculcado por su padre ya era aficionado al dibujo, se
formó en el taller de su pariente Juan Castillo, respetado artista en Sevilla,
donde pronto comenzó a destacar de entre sus discípulos.
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