martes, 16 de octubre de 2018

Diego de Giráldez




Manuel Diego de Giráldez, creador del movimiento “Realismo NAS”, más conocido como Diego de Giráldez, este vigués de adopción, enamorado de las Rías Baixas y Pontevedra, que allá por donde va presume de Vigo, A Cañiza y de Galicia, posiblemente sea uno de los mejores artistas que dio España en los últimos años. Es un pintor, escultor, dibujante, anatomista y escritor gallego/español, artista universal, multidisciplinar, vinculado al realismo y creador del “Realismo NAS”, cuya figura va agrandándose con el tiempo hasta estar entre los más destacados artistas contemporáneos vivos. Nacido en el seno de una familia pequeño burguesa, en A Cañiza (Pontevedra), el 8 de Marzo de 1956 y vigués de adopción desde 1964.

Siendo muy joven se traslada con su familia a Vigo donde compagina sus estudios, debido a su gran talento artístico, con los de dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios de la cuidad, luego continua estudios en Cataluña: Olot, Gerona y Barcelona, además, sus inquietudes artísticas le llevan a frecuentes tertulias con intelectuales y artistas de la época, tanto en Vigo y Pontevedra como posteriormente en Cataluña. Muchas de las obras realizadas en esa etapa por este hombre humilde, sencillo y amante de la soledad para crear, obras de carácter realista, y otras anteriores realizadas con carbones de la lareira sobre papel de estraza, se conservan en el Museo Diego de Giráldez, en la Plaza Mayor de la Villa de A Cañiza.

Decía el crítico de TVE y escritor Santiago Amón  que: “Diego de Giráldez es uno de los grandes del realismo español contemporáneo. "Realismo", donde encuentra la implicidad de su poesía. En su obra se reencuentra con lo onírico, con las cosas mismas y las traslada a la faz incitante del lienzo con precisión lírica. Diego de Giráldez, sabe que el arte es absolutamente inseparable del trabajo, del oficio. Sabe también que el blanco más blanco nace de la explosión comunitaria de todos los colores, y que el negro más negro surge cuando la noche se apodera del fulgor del arco-iris, ……….”.

Diego de Giráldez sabe que el arte es inseparable del trabajo, este hombre de talento autodidacta para la creación de obras de arte, sabe que no todo mundo que nace como un genio llega a ser un artista por qué el arte no sólo es un don con el que se nace, sino que es necesario alimentarlo con mucho trabajo y dedicación, es necesario emplear muchísimo tiempo, muchísimas horas, no sólo en aprender todo lo que se pueda, sino en educar y formar el propio talento y él lo hace en el silencio que tanto valora, donde encuentra los pinceles de la poesía del Alma, que es creación, es arte, no en el bullicio “inartístico” del corazón. Sabe que la creación artística necesita de la soledad del creador, sabe que la denominada “democratización” de la creación artística lo que democratizó fue la mediocridad y la convirtió en el signo de identidad de una parte importante del arte contemporáneo.

En una de sus primeras exposiciones colectivas, nos decía Xosé Francisco Armesto Faginas, escritor y periodista que dejó su impronta en varias publicaciones y periódicos: La Vanguardia, El Pueblo Gallego, La Voz de Galicia, …., y que fue director de Faro de Vigo, del Museo de Vigo y de la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad olívica, que: “Los primeros en descubrir a este niño pintor, que vive por y para el arte, fueron Álvaro Cunqueiro, Francisco J. Sánchez Cantón y Filgueira Valverde, a finales de los pasados 60…….. Un joven artista que, siendo constante en el trabajo, va creciendo sin bajarse de la humildad……..”. En otra ocasión comentó: “Alvaro Cunqueiro, en tantas cousas mestre, que tivo tamén moito de neno grande, foi un dos primeiros que celebrou a pintura de Diego Giráldez. Atopo moitas cousas en común entre ámbolos dous, por exemplo -algo non cativo- o amor polas pequenas cousas, a ledicia, poño por caso, ó sentir o canto dun paxaro ou dun galo, coma quen escoita a voz do mestre solista dun gran coro…….”

Realizó su primera exposición individual en 1975 en la Sala Van Gogh en Vigo, que le abrió camino a muchas otras exposiciones en la Península Ibérica, transcurrían los años 70. Antes, en 1966, había empezado a asistir a la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, para dos años después comenzar, a petición de sus profesores, a realizar algunas exposiciones colectivas, entre otros lugares, en la misma Escuela de Artes y Oficios. Recibe distintos premios en concursos de dibujo y pintura. Sigue en 1970, 71, 72, y 73 mostrándose en distintas exposiciones colectivas y a finales de 1974 en una pequeña muestra individual en As Travesas-Vigo.

Sobre el artista nos decía el crítico de arte y miembro de la Real Academia Gallega  de Bellas Artes, Francisco de Pablos,  en los años finales de los 70, que es: “Inconfundible la obra de este pintor, hiperrealista y sin embargo con frecuencia onírico. Hijo de un marino y una emprendedora, vive su infancia en la villa natal, en un ámbito casi campesino. A los 8 años su familia se traslada a Vigo y se instala en la calle Real, de peculiar arquitectura decimonónica, entre la Colegiata neoclásica y el barrio marinero del Berbés. Diego queda huérfano de padre un año antes, y ya se interesa por el dibujo y la pintura. Su madre alienta esta vocación y aunque con muchas dificultades, debido al estado económico en el que quedó la familia tras el fallecimiento del padre, lo lleva a Madrid para visitar el Museo del Prado nuevamente, puesto que ya lo había visitado cuando vivía su progenitor. El niño devora libros de medicina, especialmente de anatomía. Y trabaja con pasteles, carboncillo y oleo, deseando dominar la técnica, que llega a ser en él pasión casi enfermiza.

Su primera exposición la realiza en Vigo, en 1975, con éxito sorprendente. Salta a Cataluña y allí se confirma su acogida. Repite incansablemente exposiciones en toda España, hasta el punto de que no debe quedar ciudad o villa importante donde no haya mostrado su obra. Viaja por Europa y pasa larguísimas jornadas en los museos. Llega a conocer a fondo a Velázquez, Zurbarán, Goya. Su obra es seleccionada para la muestra colectiva denominada «Maestros del realismo español de la vanguardia». Expone en el extranjero, sorprendiendo siempre la peculiar actitud plástica que adopta, con verismo impresionante en sus representaciones, en las que, sin embargo, hay una fantasía evidente y un inquietante misterio implícito.

De Suiza a Portugal su obra gana prestigio. La elogia el gran crítico, prematuramente muerto, Santiago Amón. La adquieren museos de España y del extranjero. En cierto modo, es único e irrepetible.

También su peculiar modo de utilizar la técnica y los pigmentos empleados.

Giráldez es un realista diferente. Cuando representa un objeto, cualquier cachivache doméstico -un vaso, un huevo- su representación lo separa del mundo común para mayusculizarlo y ser únicamente él, El Huevo, El Vaso, el Excelentísimo Señor Huevo humilde y magnificado.

Sus cuadros religiosos representan un mundo diferente, táctil, obsesionante. Sus gallos muertos parecen vivir en una imaginaria taxidermia. La deliberada desproporción entre los objetos representados nos conduce a un surrealismo también peculiar. Desde la máxima exactitud referencial, la pintura de Diego de Giráldez es inquietante, capaz de conmover al espíritu menos sensible”.

En los años 80 le llega el gran reconocimiento con exposiciones individuales en las más importantes ciudades de España y Europa, lo que le convierte en un viajero impenitente, recorriendo toda Europa con exposiciones. La temática de su obra va desde el bodegón y el paisaje hasta la figura, retrato o composiciones, todo ello dentro de su creación del movimiento “Realismo NAS”  en el que se combina el naturalismo, la abstracción y surrealismo. Obras en las que se respira el amor por la soledad del artista, el silencio de su intimismo y el concepto lírico de los ambientes que no dejan indiferente al contemplador. Así se recoge en los distintos escritos que sobre su obra y personalidad, durante su dilatada carrera artística, han realizado las distintas plumas de personalidades y eruditos que han participado con comentarios y críticas de arte, tanto en conferencias, libros, ….., como en la prensa escrita, la radio y la TV: Camilo José Cela, F. J. Sánchez Cantón, Filgueira Valverde, Fernándel del Riego, Álvaro Cunquiero, Carlos Casares, Ramón Piñeiro, Santiago Amón, Ramón Faraldo, Robert Hughes, Gerardo Diego, Armesto Faginas, Enrique Gómez, Marcelo Otero, Serafín Villanueva, Eugenio Montes, Campoy, de Castro Arines, Camón Aznar, García-Sabell, Antón Fraguas, Blanco-Amor, Laxeiro, Paz Andrade, Antón Castro, Costa Clavell, Jordi Soletura, Mariano Rajoy, Manuel Fraga, Francisco de Pablos, Alfonso Sánchez, Illa Couto, David Mourào-Ferreira, Sánchez Bargiela, Florenci Criville i Estraqui, Richard Arnold, Fernando Elorrieta, Panizo del Val, Rubio Moblot, Lorenzo García–Diego Pérez, Breo de Gómez, Nelly María Pérez, Juan Antonio Sánchez García, Hidalgo Cuñarro,  Mª Luisa Ilarri Junquera, Amiguetti Sánchez, Verdera Franco, López de Ayala, Almodóvar Azorín, Osuna Ruíz, Fernando Franco, Vinardell, José González Ortiz, Gavira, Gerardo Pérez Calero, Sánchez Ruyz, Ángel Arnaiz, Chaparro Quieja, Victor Gay, Manuel Forcadela, Fernando Mon, José A. Perozo, Jesús Pando, Manolo Pérez, César Rovira, Vallejo-Nágera, María do Carme Krukenberg, Santos San Cristóbal Sebastián, Bieito Ledo, Jesús Guerra, Lalo Vázquez Gil, Rafael Ruíz Sanchidrián,  Román Pereiro,  Manuel Almeida Brandáo, Manuel Jorge Pereira de Carvalho, Ana Paula Cardoso, Gaspar Alorda Fiol, Margarida Ruas Gil Costa dos Santos, Ana García Martín, Pedro Machuca Bernal, Sergio Mourâo,  Pedro Ardá Lubeira, César Mera, José M. Barros, Torrente Ballester, Avelino Antón, A. Fontán, Cristina Fernández de Kirchner, Alfredo Goberna, Adriano Marques de Magallanes, Antonio P. Lamela, Juan Pablo II,….., entre otros. Así como numerosos comentarios y artículos de periodistas locales, en las páginas culturales de los distintos medios de comunicación de distintas partes del mundo, aparte de los críticos, escritores,....…., que han participado en su extensa bibliografía y los periodistas eruditos que escriben en las revistas, webs, blogs o páginas especializas.

Diego de Giráldez es un trabajador e investigador  infatigable, amante de lo humilde –incluso se refleja en muchos de sus cuadros- y aunque le gusta la soledad es un discutidor razonante, en ocasiones de misteriosa o sibilina dialéctica. Su tez blanca y figura menuda y enjuta está, se le ve, en todas partes, parece tener el don de la ubicuidad, lo vemos en Galicia, en las dos Castillas, en Madrid, en Andalucía, Extremadura, Barcelona, Lisboa, Oporto, París, Zurich,…….., o en el mismo Vaticano. Su presencia en los veranos de A Cañiza se hace proverbial, se le ve por su Casa Museo en tertulia con  vecinos de la Villa del Jamón, con visitantes o estudiantes de Bellas Artes que visitan su Museo  o con periodistas que le van a entrevistar.

Recibió varios/numerosos premios y homenajes  a lo largo de su vida artística, además de habérsele concedido por unanimidad el Título de Hijo Predilecto de A Cañiza.

Su obra está presente en muchos de los museos del mundo: Europa, América, Asia y África -más de 150- y en numerosas colecciones institucionales y privadas de todo el mundo.

Desde el comienzo de su carrera artística realizó más de 400 exposiciones individuales por diversos países y participó en múltiples muestras colectivas.

En el campo de la anatomía física/artística ha realizado múltiples obras, impartido conferencias y escrito diversos libros, etc.

A partir de 1982, Diego de Giráldez,  fue invitado a formar parte de innumerables jurados para otorgar distintos e importantes premios de pintura.

Sobre este artista existe una extensa bibliografía, tanto en España como en Portugal.

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