Salvador Dalí nace en 1904 y es conocido como máximo
exponente del Surrealismo y el Dadaísmo más allá de sus obras. Personaje
polifacético, excéntrico y enamorado de su musa Gala, la obra de Dalí saltó
fronteras siendo uno de los artistas más reconocidos en Estados Unidos donde es
considerado un genio artístico.
Entre sus obras más famosas tenemos La persistencia de la
memoria (1931), El gran masturbador (1929) y Gala Contemplating the
Mediterranean Sea (1976).
Y es que Salvador Dalí, sin duda el pintor más extravagante
de todos los tiempos cuyas obras han llegado a crear odio o amor, desde los
puntos más extremos, dependiendo de su entendimiento y su recepción a la hora
de admirar un cuadro.
Quién diría que sus obras fueron inspiradas por alguien que
fue encarcelado, por marcharse de una clase de arte. Allí, en la cárcel,
recibió una prensa para grabado que le mandó su padre y la visita de su
compañero de clase, Federico García Lorca, que creaba versos en su “Oda a Dalí”
y que leía a toda su familia, tras componerlos y así recordar a su compañero
encarcelado, injustamente.
Sus obras surrealistas siempre llamaron la atención,
especialmente sus famosos relojes de agua y sus elefantes con patas de
mosquito.
Salvador Dalí En los
revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En
la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones
en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se
desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen
que con este gesto ha sido él quien ha dado la señal de ataque y rebelión y
deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias
vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel. A la salida de prisión
recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le
regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de
Estudiantes de Madrid Federico García Lorca, quien, en las calurosas noches del
verano de Cadaqués, lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién
compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la
célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929,
en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a
Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico
absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es El
perro andaluz. En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año
siguiente cuando se instala en la capital francesa y se une al grupo
surrealista que lidera el poeta André Breton. Este último terminará
expulsándolo del movimiento algunos años después, en una memorable sesión de
enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un
termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y
convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa.
Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904
en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario bienpensante y de una
sensible dama aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría: "A los tres
años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha
hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más.
Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador
Dalí, él se aleja de mí". Puesto que la persecución sería incesante y el
objetivo no habría de alcanzarse nunca y, dado que en ningún recodo de su
biografía estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, decidió ser
excesivo en todo, intrepretar numerosos personajes y sublimar su angustia en
una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como
"perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", "blando, débil y
repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria
antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el juego favorito de su
primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se
pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución
frágil y nerviosa. Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el
estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista, a los catorce
ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista y a los
quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja
brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la
Pintura". En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid,
ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del gran poeta granadino
Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien
sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un
extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata
desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces
luce una camisa azul cielo, adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo
con una redecilla y lo lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia
pase desapercibida.
La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse
Dalí fue: coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y
sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente
alude el célebre apodo anagramático con que fue motejado por Breton, Avida
dolars, acusación que lejos de desagradar al pintor le proporcionaba un secreto
e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y
compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro
surrealista, el poeta Paul Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a
Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso,
que al dinero."
Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella
gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta
Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta
última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots
du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans
de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul,
pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel
con los postigos cerrados.
Enterado el padre de Salvador de la vida disoluta de su hijo
por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido en La Gaceta Literaria, rompe relaciones
con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí, puesto que
es en esa época en que el artista realiza lo mejor de su obra, como el célebre
cuadro Persistencia de la memoria (1931), donde blandos relojes cuelgan de la
rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa forma tendida
en la vasta extensión de la playa. <p> </p>En 1934 viaja con su ya
inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se presenta ante los
periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del trasatlántico que les
ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda en asociar el mito
hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son todas bromas absurdas
que tratan de quitar hierro a una situación política amenazante. Dos años
después se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras
muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de
su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública
internacional. Dalí escribió: "Lorca tenía personalidad para dar y vender,
la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier
español." <p> </p>En 1938 conoce por fin, gracias al escritor
vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la
estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas
de Breton, sino que por el contrario se considera el único y más genuino
exponente. El padre del psiconálisis había dado pábulo a la nueva indagación
del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños (1900), pero
nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores de París.
<p> </p>No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el encuentro,
Freud anotó en su diario: "Hasta entonces me sentía tentado de considerar
a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como
locos integrales (digamos al 95%, como el alcohol puro). Aquel joven español,
con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar
mi opinión". Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes
retratos del "santo patrón" de los surrealistas. <p>
</p>Instalado otra vez en Nueva York en 1939, Dalí acepta un encargo para
decorar unos escaparates comerciales. El tema que elige es el del Día y la
Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete en una bañera peluda y la
segunda, por medio de brasas y paños negros extendidos, pero la dirección
modifica el decorado sin consultar al autor. Dalí, iracundo, vuelca la bañera
de astracán llena de agua y la lanza contra los cristales del escaparate
produciendo un gran estrépito y un notable destrozo.
SALVADOR DALI.- Nació
en 1904 siendo el representante por antonomasia de la pintura surrealista.
Sorprende se precocidad descubriendo tempranamente el impresionismo francés. En
los años de juventud se relacionó con Federico García Lorca, Luis Buñuel,
Rafael Alberti y otros artistas, los cuales ejercieron una gran influencia en
sus comienzos artísticos. Años después estuvo muy relacionado con Gala, Antoní
Pixot, Diego de Giráldez, Xavier Cugat, … Dada su personalidad decidió ser
excesivo en todo e interpretar numerosos personajes y sublimar su angustia en
una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. La técnica pictórica de Dalí
se caracteriza por un dibujo meticuloso, una minuciosidad casi fotográfica en
el tratamiento de los detalles, con un colorido muy brillante y luminoso. Dalí
realizó varias películas surrealistas en colaboración con Buñuel como El perro
andaluz y La edad de oro, libros ilustrados, diseños de joyería así como
escenografías y vestuarios teatrales. También escribió libros autobiográficos
como La vida secreta de Salvador Dalí y Diario de un genio. Fue miembro de la
Academia Francesa de Bellas Artes. Dalí es conocido por sus impactantes y
oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a
la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto
dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la
escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con
otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo
marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que
«vampirizó» innovaciones ajenas. Como artista extremadamente imaginativo,
manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era
atraer la atención pública. En resumen genio irrepetible.
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